Definimos
la cooperativa como una empresa
que asocia voluntariamente a personas
físicas, y que mediante la aportación de trabajo y capital realizan cualquier actividad económica
lícita, con el objetivo de proporcionar a sus socios trabajo en las mejores condiciones laborales posibles.
En este sentido, la cooperativa representa un modelo
de empresa en el que los objetivos económicos y empresariales se entremezclan
con otros de carácter social. Por lo tanto, una cooperativa tiene una doble
dimensión: la social y la empresarial.
La cooperativa es una sociedad formada por personas
que son titulares de una empresa, donde trabajan las mismas personas que forman
la sociedad.
Hemos de decir por tanto que, si la empresa cooperativa
no es capaz de producir bienes y servicios y venderlos en el mercado siendo
competitivos, la sociedad cooperativa no tendría sentido, porque la labor
fundamental de la empresa es producir riqueza,
y la labor fundamental de la sociedad es decidir el reparto de esa
riqueza con criterios democráticos y de responsabilidad social.
Por ese motivo, en la cooperativa no se da el
conflicto que se da en la mayoría de las empresas de CAPITAL/TRABAJO, ya que éste
no tiene sentido, al ser los miembros de la sociedad y de la empresas SOCIOS
TRABAJADORES.
Desde FEVECTA defendemos que la cooperativa puede
convertirse en un paradigma de empresa excelente y competitiva si sabe aprovechar
los elementos diferenciadores respecto a otros modelos de empresas. Por
ejemplo:
- La identificación
capital-trabajo
- La participación en las plusvalías generadas: El equipo recibe el resultado de su propio esfuerzo
- La participación democrática en los procesos básicos de decisión
- La facilidad de implementar procesos de decisión descentralizados
- La proximidad de la estructura técnica y la estructura societaria
- La facilidad para identificar objetivos comunes para el desarrollo de la organización
- La participación en las plusvalías generadas: El equipo recibe el resultado de su propio esfuerzo
- La participación democrática en los procesos básicos de decisión
- La facilidad de implementar procesos de decisión descentralizados
- La proximidad de la estructura técnica y la estructura societaria
- La facilidad para identificar objetivos comunes para el desarrollo de la organización
Para que estos factores diferenciadores sean elementos
de competitividad, ha de haber un entendimiento entre los miembros del
triángulo COLECTIVO SOCIOS, CONSEJO RECTOR, ESTRUCTURA DIRECTIVA.
La mayor parte de los problemas que se producen en el
seno de las cooperativas no son debidos a la naturaleza del hecho cooperativo,
sino a la manera de cómo los socios, su estructura y sus consejos rectores funcionan.
El problema radica en que muchas veces estas ventajas
competitivas que hemos mencionado, se convierten en inconvenientes:
- La participación
se convierte en “partipacionitis”: todos saben y opinan de todo (como en los
debates de TV), las discusiones se hacen interminables pierden nivel técnico,
los planes se discuten sin saber del tema, etc.
- No hay conflicto capital trabajo: hay conflicto socio-estructura
- La igualdad en la participación se convierte en igualitarismo ramplón: todos a cobrar igual… No hay definición de niveles de responsabilidad
- El sentido de avance, de reto para garantizar la capacidad competitiva se pierde. Lo más importante es el corto plazo, ganar más, cobrar más retornos. El sentido de la inversión se diluye
- No hay un cambio en la cultura organizativa: se entra en la cooperativa por una serie de circunstancias, pero ello no supone que uno se haga cooperativista
En definitiva, se quiere tener las ventajas de una situación cooperativa, pero sin asumir los retos y exigencias que supone una EMPRESA COOPERATIVA.
Muchas veces los cooperativistas se olvidan de lo más determinante: No hay cooperativa si la empresa no funciona.
Pepe Albors
p.albors@fevecta.coop
- No hay conflicto capital trabajo: hay conflicto socio-estructura
- La igualdad en la participación se convierte en igualitarismo ramplón: todos a cobrar igual… No hay definición de niveles de responsabilidad
- El sentido de avance, de reto para garantizar la capacidad competitiva se pierde. Lo más importante es el corto plazo, ganar más, cobrar más retornos. El sentido de la inversión se diluye
- No hay un cambio en la cultura organizativa: se entra en la cooperativa por una serie de circunstancias, pero ello no supone que uno se haga cooperativista
En definitiva, se quiere tener las ventajas de una situación cooperativa, pero sin asumir los retos y exigencias que supone una EMPRESA COOPERATIVA.
Muchas veces los cooperativistas se olvidan de lo más determinante: No hay cooperativa si la empresa no funciona.
Conflicto socio/estructura es uno de los conflictos más extendidos en la cooperativa. En próximos artículos trataremos el tema del conflicto interpesornales
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