Analizando la actualidad
futbolística de este país, que nos inunda de manera permanente desde los medios
de comunicación, y en especial la que se centra en el Real Madrid con su
entrenador Mourinho a la cabeza, se me ha ocurrido reflexionar en qué medida el
señor Mouriño es o no un buen líder
dirigiendo equipos.
Mi conclusión anticipada es
que Mourinho es capaz de liderar equipos y obtener un alto rendimiento de los
mismos, pero sólo en el corto plazo, ya que a largo plazo, por su forma de ser
y dirigir, acaba generando desconfianza y falta de respeto entre él y su
equipo.
En cualquier equipo hay
conflicto, la existencia de conflicto es algo natural, lo que puede destruir a
éste es la forma de gestionarlo, y para ello es fundamental el RESPETO MUTUO;
sin éste no hay diálogo, no hay escucha y no hay comunicación que produzca
entendimiento y aprendizaje.
Lo que convierte al
conflicto en una fuerza destructiva es la ausencia de respecto.
La tarea de la dirección
consiste en canalizar el conflicto y convertirlo en constructivo, mediante el
desarrollo y el mantenimiento de un clima de confianza y de respeto mutuo.
Lo que enriquece a un equipo
son las diferencias. Si todos somos iguales, todos pensamos igual, no somos
realmente un equipo. La visión única nos convierte en un equipo empobrecido.
Lo que une son las diferencias,
nos unen las cualidades que cada uno de los miembros del equipo posee y de las que
los otros carecen. Sin embargo, cuando formamos un equipo, se establece una
unidad de organización que conlleva unos objetivos que hay que lograr. En
muchas ocasiones, al intentar hacer converger las diferencias surge el
conflicto, que dependiendo de cómo se maneje, puede hacer madurar esa relación,
o llevar al desastre.
Como decimos, el conflicto
de intereses puede destruir a cualquier equipo. No se trata de que nos comprendamos
los unos a los otros. Nos comprendemos pero simplemente no nos ponemos de
acuerdo, porque la decisión tomada puede que
no beneficie nuestros intereses personales.
Para llevar adelante las decisiones personales dentro de un equipo,
tienen que existir unos intereses comunes, un clima ganar-ganar. Este clima no
puede existir eternamente a corto y a largo plazo, es normal que las personas
que forman el equipo crean que existe una situación ganar-perder.
Es imposible que todos los
miembros de un equipo perciban al mismo tiempo que están “ganando”. A veces se tiene la sensación de que se aporta
más de lo que se recibe, pero se está dispuesto a hacer un sacrificio porque se
confía que en otro momento serán otras las personas que se sacrificarán. Ésto
es lo que hace que el equipo se mantenga cohesionado.
Para superar esta
dificultad, es clave la visión de ganar–ganar
a largo plazo.
Para que las personas
continúen estando comprometidas con el equipo a largo plazo, deben percibir que
el equipo también está comprometido con ellos a largo plazo. Tienen que tener
la confianza de que ciertos sacrificios que puedan estar haciendo ahora, se
verán recompensados más adelante.
La CONFIANZA MUTUA es la clave para combinar los intereses del corto y
largo plazo, y confiamos en que una persona cuyos intereses son diferentes a
los nuestros, nos pueda compensar en el futuro.
En mi opinión el Sr. Mourinho por su manera de ser, no ha sido capaz de generar una comunidad de intereses
compartidos a largo plazo en su equipo, y cuando los jugadores han entendido
que les ha faltado al respeto criticándoles en público, y han percibido que Mouriño
sólo intenta ganar él a costa de sus jugadores, se ha roto la confianza mutua.
En este sentido se han puesto los cimientos para el fin de la relación.
Esperemos y tiempo al tiempo.
¿Pero… quizás algo de esto
mismo no pasa en nuestras cooperativas?